Irma Fischer

Fundadora en 1996 “valiente para la época, visionaria para el proyecto y sensible para sumar emoción a sus convicciones”

Irma Fischer fundó este grupo de padres en el año 1996.

Ella había ido a Alemania, a visitar a su hijo, y allí él le contó que era homosexual. Estuvieron hablando durante una hora  pero igual ella quedó shockeada y durante esa noche estuvo leyendo un librito que le entregó su hijo editado allá, por un grupo de padres, que la ayudó a aprender y comprender.

A su regreso sintió la necesidad de hablar del tema con pares que estuvieran viviendo la misma situación y se encontró con que acá no existía ningún grupo así. Mas adelante, logró comunicarse con la madre de una chica lesbiana, cuyo contacto encontró en el aviso de un grupo de homosexuales.

Se encontraron entonces en la confitería  Richmond el 19 de julio de 1996 y crearon un grupo de padres “para aceptar y comprender”. Y dejaron constancia de esto en una servilleta de la confitería. La otra madre no pudo continuar por problemas de trabajo, entonces Irma siguió adelante sola.

Paralelamente hizo la traducción del librito que la había ayudado tanto, para compartir con padres en la Argentina. 

Irma dirigió nuestro grupo en el respeto mutuo, la simpatía, la tolerancia, la empatía y la comprensión.

Por aquellos años – estamos hablando de unos 15/20 años atrás- todos-todas llegábamos llorando, con un profundo sentimiento de culpa, sintiendo que en algo habíamos fallado como padres y que nuestra familia ya nunca sería lo que era: desconocíamos a nuestro/a  hijo/hija. El enojo y la vergüenza ante esta situación no nos permitía comprender que nuestro hijo/a era el mismo/a, simplemente ahora sabíamos de un aspecto de ellos que desconocíamos. 

Es que en esa época poco y nada conocíamos sobre las diversas orientaciones sexuales.

Los encuentros, el intercambio de experiencias, las lecturas, nos permitieron descubrir un mundo desconocido: que la orientación sexual no tiene que ver con la estructura familiar, ni con la condición social, económica, política o religiosa. Que no es una elección.

Acudieron a nuestro grupo un gran número de padres. Algunos vinieron unas pocas reuniones, y después no volvieron, quizás porque resolvieron sus angustias o dudas. Otros porque esperaban obtener “alguna cura”, y cuando explicábamos que no hay cura,  pues no es una enfermedad, ya no volvían. 

Muchos nos quedamos, aunque ya el tema no nos angustia ni preocupa, porque queremos devolver de algún modo a otros padres lo mucho que recibimos, la comprensión necesaria para recuperar la armonía en la familia.

También acudieron jóvenes angustiados porque sus padres/madres no los aceptaban; es más, en algunos casos los habían echado de la casa. Esta presencia fue una ida y vuelta muy positiva para nosotros y para los jóvenes: al escucharnos, ellos podían entender lo que les pasaba a sus padres a la vez que nos aclaraban nuestras dudas y temores y nos confiaban  sus sentimientos. Todo ayudaba a limar las asperezas en nuestras familias.

Con el tiempo fuimos creciendo en este camino y participamos en entrevistas en diarios ,  congresos internacionales sobre el tema, debate sobre la ley de matrimonio igualitario en el Congreso Nacional, marchas del orgullo gay,etc.

Hemos notado que en los últimos años, con los progresos conseguidos con la ley de matrimonio igualitario y otras normas, el tema se ha visibilizado en nuestra sociedad y los prejuicios han retrocedido en parte. Los padres y madres que se acercan al grupo ya no traen la misma carga de desesperación que nos marcaba a nosotros, los más antiguos, por así decirlo. Además en la mayoría de los casos ha disminuído la edad de los chicos que confían a sus padres una orientación sexual diferente a la mayoría y lo anuncian con más naturalidad

Ahora las preocupaciones de los padres y madres tienen más que ver, por lo general, con temores ante la inseguridad o el medio en que se desenvuelven sus hijos. Pero también siguen acudiendo padres a los que les resulta muy duro descubrir en sus hijos un aspecto que no esperaban. Por eso creemos que tenemos que continuar con esta tarea.

HOY NOS SEGUIMOS REUNIENDO Y SOMOS UNA VERDADERA FAMILIA AMPLIADA